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Foto del escritor Amigos de Coyoacán

Un enemigo silencioso disfrazado de belleza: los árboles

Adopte un árbol con muérdago y siembre un árbol y cuídelo un año, el planeta se lo agradece.

Margarita González


¿Para qué sirve un árbol?

Los árboles son mucho más que productores de oxígeno. Sin ellos, las ciudades se vuelven estériles y la calidad de vida resulta enfermiza. Por sus beneficios al medio ambiente, el valor de un árbol equivaldría a 18 000 dólares, según un estudio hecho por universidades de Estados Unidos. Entre los servicios que nos otorgan, se encuentran los siguientes:

- Un árbol puede almacenar hasta 6 toneladas de CO2. - En una hora, en 1 hectárea arbolada se produce oxígeno para 40 personas. - Modifican el clima de un lugar al reducir la temperatura a su alrededor. - Envían la humedad del ambiente a los mantos acuíferos, por lo que aumentan el agua subterránea, la cual es extraída para consumo humano. - Reducen la velocidad del viento. - Absorben y bloquean el ruido del ambiente urbano. - Los arboles pueden llegar a aumentar hasta un 15% el valor de bienes raíces. - Impactan en el estado de ánimo de las personas. Un lugar sin árboles es sumamente depresivo. - Proveen un sentimiento de privacidad y de seguridad. - Reducen la erosión del suelo. - Crean una sensación de relajamiento. - Mitigan los efectos de desastres naturales, tales como las corrientes causadas por tormentas. - Dan identidad y personalidad a las ciudades. - Son hábitad de flora y fauna, incluso después de muertos. - Las personas permanecen más tiempo en lugares arbolados, por lo que resultan deseables en lugares con actividad económica. - Llegan a absorber metales pesados presentes en el aire, los cuales son sumamente nocivos para la salud humana. - Llegan a simbolizar esperanza en diferentes culturas.


Contaminación Ambiental.


Las muertes por enfermedades relacionadas a la contaminación ambiental. Las enfermedades relacionadas con la contaminación ambiental deja al año unos 25 mil muertos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los efectos de la contaminación del aire sobre la salud son graves: un tercio de las muertes por accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y cardiopatías se deben a la contaminación del aire. El ozono es uno de los principales factores que causan asma (o la empeora), y el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre también pueden causar asma, síntomas bronquiales, inflamación pulmonar e insuficiencia pulmonar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire causa cada año alrededor de 7 millones de muertes prematuras, el equivalente a 800 muertes cada hora o 13 por minuto. Hay otros costos menos directos, que sin embargo nos afectan a nivel mundial. Se espera que el ozono a nivel del suelo reduzca los rendimientos de los cultivos básicos en 26% para 2030, lo que creará problemas de seguridad alimentaria y nutrición. La contaminación del aire. El Dr. Erick Estrada científico de la Universidad de Chapingo dice que se requiere sembrar un millón de árboles además de los 3.5 millones que existen, para bajar la contaminación en el valle de México.


Daños ocasionados por el muérdago

- Reduce su vigor, hasta secarlo - Afecta su crecimiento en altura y grosor - Reduce la cantidad de frutos y semillas - Predispone el ataque de otros agentes como insectos y hongos pudridores - Reduce la capacidad fotosíntética - Afecta la estética del árbol


La coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo en la Asamblea Legislativa, Miriam Saldaña, mediante un punto de acuerdo aprobado por la Comisión Permanente, hizo un llamado a la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) capitalina para que combata la plaga de muérdago que amenaza a los millones de árboles que hay en la ciudad.


Los estudios realizados por el doctor Daniel Rivas, presidente de la Asociación Mexicana de Arboricultura, el 40 por ciento del arbolado de la Ciudad de México tiene afectaciones con distintas intensidades de plantas parasitarias.



La Ciudad de México cuenta con una población de cerca de tres millones de árboles de distintas especies, hablar de una afectación del 40 por ciento es hablar de más de un millón de árboles enfermos. y que se están en peligro de morir entre 3 a 4 años si no se toma una acción certera para combatir el problema.


El gerente estatal de la Conafor explicó que, como resultado de este problema, el arbolado afectado no realiza sus servicios ambientales con cabalidad, porque en lugar de ello están luchando por sobrevivir a una planta que se los consume lentamente.

Entonces, como resultado de ello, los árboles con muérdago dejan de capturar carbono, además de que no producen oxígeno como debería de ser, por lo que al final se puede decir que en realidad la ciudad de Mexico tiene 40 por ciento menos árboles que le ayuden a hacer frente a la contaminación por carbono.


Para entender la magnitud de cómo como se desarrolla, como opera y como se propaga el muérdago, el representante de la Conafor nos revela que a grandes rasgos se pueden hablar de dos especies en general de esta planta parasitaria, “la que afecta a los árboles citadinos y la que afecta a los bosques templados de México. El muérdago produce sus semillas a través de sustancias viscosas que succionan el agua y los nutrientes de los árboles que afecta.

Esa ha sido una de las labores en las que ha trabajado continuamente el gerente Estatal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) de la Ciudad de México, Gustavo López Mendoza, y para lo cual se ha apoyado en un producto creado por el doctor Jorge Name llamado LIM. Dicho producto es inocuo para la diversidad biológica cercana a un árbol. Es un método reconocido para combatir el muérdago, las pruebas han demostrado su efectividad al ciento por ciento.


El éxito es evidente, pues no ocasiona un grave estrés al árbol huésped, cuando los tratamientos tradicionales suelen mermarlo e incluso matarlo. “Es por eso que se trata de una gran oportunidad de hacer frente al problema, porque se reduce de forma impresionante el costo de combate y se resguarda el patrimonio forestal, una situación que resulta esencial”.

Esa fue la razón por la que autoridades como el ex delegado de la Cuauhtemoc, Ricardo Monreal, al ver los resultados del producto, se haya animado a aplicarlo con el apoyo de la Conafor a 130 árboles en la Colonia Roma, una de las más afectadas en la Ciudad.

El investigador Jorge Name ha desarrollado un Liquidador Integral de Muérdago [LIM], con tanto éxito, que la Comisión Nacional Forestal lo promueve y ya tiene registro de la Comisión Federal para la Protección contra riesgos Sanitarios (Cofepris 153300CO320038-2015). Este LIM es un producto de origen orgánico, amigable con el medio ambiente, no afecta la biodiversidad, fácil de aplicar y de bajo costo. Su presentación es en forma líquida, tal como viene así se aplica, en aspersión, con bomba de mochila manual, o bomba de mochila con motor, también con parihuela o aguilón. La aplicación es directa a la planta parásita, a su tallo y al punto de unión de ésta con la planta hospedera, hasta el punto de goteo; lo que deviene en una baja toxicidad, sólo a las hojas adyacentes, más no al resto del arbolado.

Los tratamientos tradicionales suelen mermarlo e incluso matarlo. Es por eso que se trata de una gran oportunidad de hacer frente al problema, porque se reduce de forma impresionante el costo de combate y se resguarda el patrimonio forestal, una situación que resulta esencial.


En conclusión:


Los árboles son una fuente importante para la vida, pues como lo señalan diversos estudios científicos, ayudan a la captación de agua pluvial; coadyuvan en la contención de inundaciones; regulan la temperatura ambiental. Pero su principal importancia para una ciudad como la Ciudad de México radica en que son productores de oxígeno, y a su vez se encargan de la absorción de dióxido de carbono; tan dañino para el medio ambiente y la salud de los seres vivos.


Los árboles retienen el agua en el suelo y permiten que se filtre hacia los acuíferos subterráneos. Los árboles evaporan una pequeña parte del agua que recogen sus raíces. La Evapotranspiración, que es como se llama el fenómeno, depende, en su volumen por unidad de tiempo, de la especie arbórea.


La relación que existe entre el agua y los árboles es esencial para la vida del planeta. Las copas de éstos sirven para recolectar la mayor cantidad de lluvia posible, que se desliza entre las hojas, ramas y el tronco hasta alcanzar el suelo, humedeciéndolo para protegerlo contra la erosión. Y el agua que se filtra hasta las raíces sirve para nutrir toda la vegetación. Debemos recordar que gran parte del agua potable en el mundo proviene de zonas boscosas, además que millones de personas dependen del agua dulce que fluye de los bosques. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (#FAO, por sus siglas en inglés), 20 millones de personas de la Ciudad de México obtienen agua potable de los bosques de montaña que rodean la zona urbana.

Para ello, uno de los principales objetivos de la Comisión Nacional del Agua(Conagua) es llevar a cabo acciones de conservación del agua, el suelo y bosques en las partes altas de las cuencas para acumular la recarga de los acuíferos.


Los árboles poseen un efecto termoregulador porque captan la luz del sol y proyectan su sombra al suelo y evitan que la fauna y otro tipo de flora reciban directamente los rayos solares. Los grandes bosques también son un factor para combatir el cambio climático, ya que reducen el calentamiento de la atmósfera y regulan la temperatura de la tierra.

Son también barreras naturales contra los vientos de los ciclones tropicales, que aunque no los eliminan, desaceleran su velocidad. Por si fuera poco, reducen la cantidad de bióxido de carbono en la atmósfera, pues lo transforman en oxígeno por medio de la fotosíntesis de sus hojas.



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